El día 22 de abril, fue el Día Internacional de la Madre Tierra, el cual se celebra desde el año 1970. Pero ¿qué ha tenido de excepcional esta vez?
Sin duda, todas las miradas están puestas en la terrible pandemia que estamos sufriendo por el COVID-19, la cual está poniendo en entredicho la calidad y capacidad de los mejores sistemas sanitarios, y cuyas consecuencias, a nivel económico y social, constituirán el mayor reto al que se haya enfrentado la Humanidad desde la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, en estos días de preocupación también debe quedar sitio para la esperanza, y es en eso donde quisiéramos poner el foco de atención, haciéndonos eco de esas noticias que, siendo tan importantes, pudieran estar pasando desapercibidas, cubiertas por el ruido mediático que generan los desalentadores datos que arroja la pandemia.
En un día como hoy, en el que el mundo ha reducido su ritmo frenético, las carreteras están casi desiertas y las industrias han minimizado su producción, podemos volver a ver el cielo azul en las grandes ciudades. Y esto es así gracias a que, sólo en los primeros 15 días de confinamiento, la contaminación atmosférica se redujo de media un 55% en las principales ciudades españolas. Tal es el efecto producido por la ausencia de personas en las calles, que incluso han llegado a verse jabalíes por las calles de Barcelona o unas cabras por las plazas de Albacete. Sin duda, la naturaleza sabe cómo abrirse camino.
Igualmente, a lo largo del resto del mundo se han ido apreciando situaciones que no se daban desde hacía décadas, como ver nadar a los delfines por las aguas ahora cristalinas de los canales de Venecia, o poder contemplar la cordillera del Himalaya desde la India.
No cabe duda ya de que las pequeñas decisiones que vamos tomando día a día, ya sea la elección del origen de la energía que abastece nuestro hogar o industria, o el tipo de transporte que utilizamos para desplazarnos, van dejando una huella cada vez más profunda en nuestro planeta. ¡Trabajemos juntos para minimizarla!

El 24 de diciembre de 1968, los astronautas del Apolo 8 Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders se convirtieron en los primeros humanos en orbitar la Luna, y los primeros en presenciar la magnífica vista llamada ‘Earthrise’ NASA
Fuentes:
https://www.un.org/es/observances/earth-day
https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/2020/04/informe-calidad-aire-covid-19.pdf
Historia de la foto:
https://solarsystem.nasa.gov/resources/2234/the-story-behind-apollo-8s-famous-earthrise-photo/